Devorador de libros: La sangre del Olimpo #5 ~ Rick Riordan

¡Buenas tardes, Devoradores!

Aquí vuelvo con el cierre de esta saga, una de las que me propuse leer (o releer, en este caso) como parte del reto anual. La verdad es que es una de mis historias favoritas y la pluma de Rick Riordan me sigue fascinando. En 2022 tengo intención de leer entera la siguiente saga, Las pruebas de Apolo, de ahí que decidiera devorar esta antes y así refrescar la memoria. ¡Vamos con la reseña!

Título: La sangre del Olimpo

Título original: The Blood of Olympus

Saga: Los héroes del Olimpo

Autor: Rick Riordan

Editorial: Montena

Traducción: Ignacio Gómez Calvo

Género: Aventuras / Fantasía

Páginas: 464

Encuadernación: Tapa dura

ISBN: 978-84-9043-127-6

Los tripulantes del Argo II han salido victoriosos de sus misiones, pero están lejos de derrotar a Gea, la madre Tierra. Ella ha conseguido alzar a todos sus gigantes y planea sacrificar a dos semidioses en la festividad de Spes: necesita su sangre, la sangre del Olimpo, para despertar.

Por otro lado, la legión romana del Campamento Júpiter, liderada por Octavio, está cada día más cerca del Campamento Mestizo. La Atenea Partenos deberá dirigirse al oeste para impedir la guerra entre los campamentos, mientras el Argos II navega hacia Atenas… ¿Cómo podrán los jóvenes semidioses derrotar a los gigantes de Gea? Ya han sacrificado demasiado, pero si Gea despierta… será el final.

OPINIÓN PERSONAL

"La tripulación del Argo II tenía una importante decisión que tomar. Si elegían mal, fracasarían, y el mundo entero sería destruido.

La hoja de Piper, los sentidos mágicos de Hazel y el instinto de Annabeth habían coincidido: la respuesta se encontraba en Ítaca, en el antiguo palacio de Odiseo, donde una horda de espíritus malignos se había reunido para esperar órdenes de Gaia."

De acuerdo, vamos con la trama. Después de sobrevivir a la Casa de Hades y rescatar a Percy y a Annabeth del Tártaros, los siete semidioses continúan si camino a Atenas, donde el grueso del ejército de Gaia está preparando el ritual para despertarla. Sin embargo, antes han de hacer varios altos en el camino, siguiendo los consejos de Hera.

Mientras buscan a la diosa desquiciada de la victoria, buscan los ingredientes de una cura contra la muerte e intentan llegar vivos a su destino, Nico Di Angelo tiene otro cometido. Custodiado por Reyna y el entrenador Hedge, el segundo equipo escolta la Atenea Partenos hacia el Campamento Mestizo, donde la lucha entre griegos y romanos tendrá lugar en menos de dos semanas.

A medida que los días pasan, ambos flancos luchan para despejar todas sus dudas y mentalizarse ante el destino que les espera. Uno de los integrantes del Argo II va a morir y la cura del médico, una poción capaz de devolver la vida, no es suficiente para aliviar su tensión. Para colmo, un cazador va detrás de Reyna, que tendrá que enfrentarse a su pasado para salir victoriosa y devolver la estatua a donde pertenece.

"La estatua no hacía otra cosa que irradiar odio, que parecía dirigido tanto a Reyna como a los fantasmas agresores.

«¿Quieres cargar conmigo hasta Long Island? —parecía decir la estatua—. Buena suerte, escoria romana.»

El destino de Reyna era morir defendiendo a una diosa pasivo-agresiva."

Y esa es más o menos la historia. Nuestro grupo de semidioses ha logrado liberar las Puertas de la Muerte después de que Percy y Annabeth saliesen del Tártaro. Ahora, el grupo cuenta con una estatua gigante que podría calmar la bipolaridad de los dioses, los cuales no están en condiciones para ayudar, y una muerte segura esperándolos en Atenas.

Dada la situación, se forman dos equipos. El primero, formado por los siete héroes de la profecía, continuarán su viaje por el Mediterráneo. Su siguiente parada será en Ítaca, antiguo hogar de Odiseo, donde un cúmulo de espíritus malignos y una posible pista les dirán hacia dónde dirigirse. El segundo equipo, formado por Nico, Reyna y el entrenador Hedge, tendrá que dirigirse a Long Island, al Campamento Mestizo, y devolver la estatua.

A pesar de tener menos de dos semanas para que Gaia despierte, los tripulantes del Argo II aún tienen varias paradas que realizar. Ítaca, Esparta, Delos... Cada destino les someterá a duras pruebas mientras los gigantes envían a sus tropas a por ellos. También tendrán que enfrentarse a los dioses, algunos de los cuales se han posicionado en el lado de Gaia o se esconden, incapaces de asumir una personalidad.

Nico, Reyna y el entrenador Hedge, en cambio, también tendrán que superar diversas pruebas. Gaia ha enviado a un cazador muy peligroso detrás de ellos y Nico no puede usar el camino de las sombras sin descansar un día entre salto y salto. Aunque sabe que es peligroso y que puede terminar perdiéndose en la oscuridad, el apoyo de Reyna y su determinación de sentirse útil harán que se fuerce hasta un extremo casi mortal.

Sin embargo, no todo será malo. Jason, cuyas dudas respecto a su fidelidad aún le persiguen, recibirá una herida mortal que empeorará debido a dichas dudas. Solo una resolución firme podrán salvarle de los estragos del oro imperial. Leo, conocedor del destino que les espera, ideará un plan que le permitirá cumplir su promesa con Calipso... o morir en el intento. Y Reyna, siempre tan regia y firme, deberá apoyarse en Nico para superar los fantasmas del pasado, a la vez que se reencuentra con su hermana.

La verdad es que el final es bastante apoteósico. Tiene su gran momento épico, así como emotivo y un poco triste. Vemos pequeñas pistas de por dónde va a tirar la tercera saga, así como el motivo por el que empieza todo.

Y eso os contaré. Es un cierre de saga muy buena, con su buena dosis de guerra, poderes increíbles y momentos realmente críticos. Es cierto que tiene un toque agridulce, aunque se soluciona con el epílogo. La verdad es que he disfrutado con la relectura, sobre todo porque he entendido las pequeñas pistas que dejaban caer. En 2022 empezaré la siguiente, estad atentos. ¡Nos vemos!

Lo mejor: El ritmo de la historia y los nuevos "protagonistas" aparte del elenco principal.

Lo peor: El sabor agridulce del final.

"—Iremos a buscar esa cura del médico..., sea lo que sea. Personalmente, me gusta hacer trampas a la muerte.

Leo sonrió.

—¿El veneno de Pilos? ¿Los latidos de un dios encadenado en Esparta? ¿Una maldición en Delos? Oh, sí. ¡Será divertido!"

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