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sábado, 13 de octubre de 2018

La deriva ~ José Antonio Cotrina

¡Buenas tardes, Devoradores!

Hoy vamos con una nueva colaboración de SM. Cuando descubrí que Cotrina iba a publicar un nuevo libro, no me lo podía creer. Tengo "cerca" Crónicas del fin y La noche del espectro, por lo que era una noticia inesperada. Y cuando la editorial me confirmó que me lo enviaba, fui completamente feliz. Sinceramente, la historia no ha sido lo que me esperaba, pero bueno. ¡Vamos con la reseña!

Título: La deriva
Saga: Autoconclusivo
Autor: José Antonio Cotrina
Editorial: SM
Género: Fantasía / Sobrenatural
Páginas: 248
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-9107-936-1




El fin del mundo fue de un verde intenso, majestuoso, como si la realidad entera se transformara en esmeralda. Daniel lo vio llegar desde la ventana del salón abrazado a Sherlock, su gato. Pensó en lo hermoso que era solo un instante antes de que la explosión le tirara la fachada encima. Luego, cuando se despertó, llegaron las medusas, el polvo, los incendios, los remolinos de lluvia... y los fantasmas. 

OPINIÓN PERSONAL

"Lo vi llegar desde la ventana del salón, abrazado a Sherlock, mi gato. Recuerdo que pensé: «Qué hermoso, qué hermoso...», solo un instante antes de que la explosión me tirara la fachada encima. Fue una experiencia inolvidable."

De acuerdo, vamos con la historia. El prólogo nos presenta a Daniel, nuestro protagonista, en el momento de su muerte. La guerra entre países ha llegado a su momento de mayor esplendor, en el que las bombas que se lanzan llegan a ser devastadoras. Durante una alarma de ataque, Daniel y sus padres corren al búnker de seguridad, pero el chico se da la vuelta al llegar para salvar a su gato. En el momento en el que llega a casa, todo se vuelve verde y el mundo explota.

En ese momento, cuando el alma de Daniel debería realizar el tránsito, el chico se queda en la deriva, un estado en el que el alma no transciende y se queda en el mundo como fantasma. Pero él no es el único: no se sabe por qué, pero gran parte de la ciudad son ahora fantasmas.

Condenado a una "vida" fantasmal por el resto de los siglos, el chico está a punto de darse por vencido y dejarse ir en el olvido, pero la llegada de Raquel, una chica viva, a la ciudad hace que el joven se quede prendido de ella al instante. El día a día monótono de Daniel cambiará, sin saber que se va a ver inmerso en una terrible guerra que podría suponer el fin de la humanidad.

"Por norma general, el tránsito suele ser rápido, casi instantáneo, pero a veces no llega a completarse y el alma queda a la deriva. Es entonces cuando surgen los fantasmas; son, somos entidades condenadas a permanecer en el mundo de los vivos aunque ya no pertenezcamos a él."

Vale, eso os contaré de sinopsis. La historia comienza con Daniel abrazado a su gato Sherlock mientras las bombas comienzan a estallar. A pesar de que gran parte de la ciudad está en el búnker, este no sirve de nada ante los avances explosivos, que vienen cargados de radiación. Toda la ciudad, así como otras muchas, son devastadas y la inmensa mayoría de sus habitantes se convierten en fantasmas.

Aunque esto no es lo normal, con el paso del tiempo las fantasmas crean teorías: culpa de la radiación, el gran cúmulo de muertes a la vez... Lo único claro es que la humanidad casi desaparece por la guerra. Durante años, Daniel se siente como un condenado: sus padres no quieren salir del búnker, aferrados a los restos de sus cuerpos; el día a día es repetitivo, sin poder hacer nada. Aun así, el chico cuenta con Emma y con Charles, sus dos amigos, la única razón por la que no se ha dejado ganar por el olvido.

Hablemos un poco de nuestro protagonista. Daniel es derrotista, pesimista, amargado y miedica. Gracias a la presencia de Sherlock, el cual también murió, se encuentra en otra capa de la realidad y aun así puede ser sentido, nuestro joven fantasma no ha terminado de perder la cabeza. Al igual que él, muchos fantasmas no han soportado la eternidad y se han dejado ir. Os explico esto: los fantasmas necesitan alimentarse del néctar de los juncos, unas plantas fantasmales que surgen en las zonas donde hay muerte. Si ese néctar, los fantasmas van perdiendo energía y recuerdos, hasta difuminarse y convertirse en niebla; lo conocido como el olvido.

Sin embargo, cien años después de su muerte, algo nuevo llega a la "vida" de nuestro fantasma: un grupo de vivos aparecen en la ciudad. Entre ellos se encuentra Raquel, una chica de la que se queda prendado. Aunque no es amor, es un tipo de fascinación que le crea dependencia, motivo por el cual Daniel se esfuerza el romper sus ataduras.

Y ahora hablemos un poco del contexto. Como ya he comentado, los fantasmas necesitan alimentarse del néctar. También hay que explicar que estos no pueden separarse de sus restos mortales, aunque algunos consiguen romper el vínculo y convertirse en errantes. Por otro lado, existen otros seres: algunos son animales espectrales, que están por ahí y son inofensivos; por otro, están los turbios, entes que se alimentan de fantasmas y que solo pueden moverse en la oscuridad más absoluta. También comentar que algunos fantasmas son capaces de desarrollar habilidades: aunque su apariencia es la misma con la que murieron (heridas, ropa, complementos...), algunos pueden cambiar su apariencia, otros interactuar con el mundo físico, otros manipular a los animales espectrales... una serie de habilidades que serán importantes en la historia.

Como bien he dicho, me esperaba otra cosa al leer este libro. Acostumbrado a un ambiente macabro con acción y una trama tétrica pero dinámica, aquí he encontrado una historia mucho más introspectiva, en la que gran parte de la lectura es sobre Daniel y sus quebraderos de cabeza. Encontramos algo de acción al final, pero no es el ambiente protagonista. Y sigue conservando el toque macabro, pero creo que está poco explotado.

Es una historia que, pese a leerse bien, es un poco lenta y tiene un carácter más profundo. No soy mucho de este tipo de libros, por lo que no he podido disfrutarlo tanto como querría. Aun así, espero que el autor siga sorprendiéndome con sus creaciones. ¡Nos leemos!

Lo mejor: El contexto creado.
Lo peor: Es una lectura lenta.

"Aun hoy me cuesta trabajo ponerlo en palabras, aun hoy me cuesta asimilarlo. Cuando Raquel se quitó el pañuelo, el mundo entero se desdibujó, se borró. La realidad desapareció de mi vista y solo quedó ella. Solo Raquel. Tenerla delante me cambió, me redefinió."

NOTA


3/5
La muerte no es el final





1 comentario:

  1. Me gusta mucho cómo escribe el autor, así que me he quedado muy sorprendida porque no sabía de la publicación de este libro. Eso sí, tras leerte, veo que no es para mí, la trama no termina de llamarme y por lo que cuentas, es muy introspectiva, y no tanto de acción como sus otros libros. Gracias por la reseña de todas formas.

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