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jueves, 15 de septiembre de 2022

Érase una puta vez ~ Sergio Sánchez Morán

¡Buenas tardes, Devoradores!

Ya tenía ganas de traeros este libro. En este blog os he presentado a Sergio con las reseñas de la trilogía de Parabellum, pero ahora nos vamos a una historia completamente distinta. Érase una puta vez nos lleva a un mundo de fantasía desestructurado, lleno de humor, drogas, sangre y muchas balas. Además, en el Verkami venía junto a Las historias de la Hermana Herminia, los cuentos en los que están basados los que aparecen en este libro y de los cuales algunos aparecen directamente. ¡Comenzamos!



Título: Érase una puta vez
Saga: Autoconclusivo
Autor: Sergio Sánchez Morán
Editorial: Autopublicado
Género: Fantasía / Humor
Páginas: 373
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-09420-47-6

Adolfito es un bebé normal, y como tal duerme mucho, llora mucho y huele a caca. Una oscura noche unos malvados duendes lo secuestran y se lo llevan a un mundo en el fondo de su armario. Un mundo donde viven todos los cuentos que le lee su padre por las noches: Las Historias de la Hermana Herminia.
Pero Adolfito es también el hijo del mayor narcotraficante del norte de España y cuando Don Manuel Ibáñez se entera, envía a sus sicarios más sanguinarios a rescatar a su pequeño. Cuatro psicópatas armados, dispuestos a coser a tiros a todo lo que se interponga entre ellos y su misión. Ninguna fábula está preparada para la masacre que acaban de desatar.
El cuento se va a acabar.

OPINIÓN PERSONAL

“—Necesito que seas un Ibáñez. Voy a mandar a Salvini, Lorenza y Matas a una misión. Quiero que vayas con ellos. —Su padre estaba mandando a sus mejores hombres a un asunto, los más bestias y sicópatas, los más capaces y profesionales. Y quería que fuese con ellos. Diego tuvo que hacer el un esfuerzo infernal para no vomitar los dos kebabs que había desayunado antes de coger el coche—. Necesito que haya un Ibáñez entre ellos, se trata de un asunto personal.”

De acuerdo, comenzamos con la historia. Adolfito podría ser un bebé normal y corriente, pero no es así. Se trata del hijo menor del mayor narcotraficante del norte de España, Don Manuel Ibáñez, y ha sido secuestrado por unos enanos de cobre que han entrado a través del armario de la habitación. Cuando las cámaras lo graban, el personal no logran creer lo que están viendo.

Aun así, Don Manuel no está dispuesto a perder a su hijo ante unos seres imposibles. Sin dudarlo, convoca a sus tres mejores mercenarios: un psicópata sonriente, un ex legionario y una rastreadora brutal. Y no irán solos. Deberán llevarse a Diego, el hijo mayor de Ibáñez, un joven demasiado bueno para el mundo del narcotráfico y demasiado malo para la vida corriente.

Juntos, los cuatro se adentrarán en un mundo de cuentos de hadas lleno de toda clase de criaturas: enanos de cobre, conejos verdes, cerdos gigantes, peces de los deseos y muchas cosas demasiado difíciles de entender. Aun así, llevan armas y están dispuestos a todo con tal de cumplir la misión, aunque tengan que dejar un rastro de muerte a su paso.

“Si quería seguir su rastro a la vieja usanza, debería aprender qué buscaba y cómo se movía. Había aderezado cada fotograma con algún improperio, si la flor tenía una hipnotizante belleza casi alienígena, los enanos secuestradores eran ya la puta hostia en bicicleta.”

Y esa es más o menos la historia. La historia comienza con el secuestro de Adolfito, el hijo pequeño de Ibáñez, que es llevado a través del armario de su habitación a un mundo de cuentos. Cuando el narcotraficante se entera, manda llamar a sus tres mejores mercenarios, momento en el que los conocemos uno a uno.

El primero es Carlos Salvini, alias el Americano, un hombre siniestro que siempre porta una sonrisa en el rostro. Es manipulador, cruel, sádico y disfruta siendo el objetivo de cientos de países. Luego llega Matas, un ex legionario que le debe la vida a Ibáñez tras unos acontecimientos funestos años atrás. Acompañado siempre de su vieja Alicia, el arma con el que ha acabado con cientos de vidas, es también el mentor de Lorenza, la Bestia, una mujer famosa por sus dotes para rastrear y también por su tamaño y fuerza bruta descomunales, de ahí su nombre.

El cuarto integrante de la comitiva es Diego, o Dieguito, el hijo mayor de Ibáñez. Momentos antes de enterarse de la misión, llega a la mansión familiar puesto hasta arriba de drogas y de alcohol, que no ayudan a que asimile la información que le dan ni lo que ve al cruzar al otro lado del armario, donde le espera una estampa bucólica y una persecución.

Mientras los cuatro avanzan por ese Reino, Diego es el único que parece reconocer lo que están viendo. Cada obstáculo, cada lugar extraño, tiene relación con uno de los cuentos que le contaba su padre de pequeño, las historias de la Hermana Herminia, aunque el resto de mercenarios no tienen ni idea de qué libro es.

En relación a esto último, cada capítulo tiene un cuento de introducción, relacionado con lo que va a ocurrir. Además, encontramos tres tipos de estilo de texto según la narración: el mundo real, el mundo mágico y los cuentos.

Sinceramente, me he reído muchísimo con esta historia. Hay escenas realmente ridículas y surrealistas que me han arrancado varias carcajadas (el momento de la lonja es épico). Si Sergio ya me gustaba mucho con Parabellum, con este libro ha ganado aún más puntos. Si tuviera que encontrarle un fallo, diría que hay una subtrama policial que me ha parecido un poco prescindible, pero aun así me ha encantado. Ahora me toca leer los cuentos de la Hermana Herminia, una monja de cuidado ja, ja. ¡Nos vemos!

Lo mejor: El humor y el avance de la trama.
Lo peor: La subtrama policial.

“Era un mundo de locos. No es que no tuviese sentido nada de lo que había en él. Era que ni siquiera su propia existencia lo tenía. Habían entrado en el armario de la habitación del bebé de los Ibáñez y llevaban un día de caminata y encuentros con criaturas fantásticas. Matas había optado por centrarse en la misión de rescate para no pararse a pensar en lo que estaban viendo sus ojos y negando su cerebro. Estaban en otro mundo, uno muy diferente.
Y a la vez, no tanto.”

OTROS TÍTULOS


#0.5. Las historias de la Hermana Herminia

NOTA


5/5
Unos cuentos como los que nunca te han contado



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