Las ventajas de ser un marginado ~ Stephen Chbosky

¡Buenas tardes, Devoradores!

Hoy vengo con una lectura que tenía pendiente desde hace mucho. La verdad es que tengo el libro en mi estantería desde, quizá, cuatro años. Y al fin me he decidido a leerlo (justo cuando lo mencionan en un concurso de la televisión jajajaja). ¡Comenzamos!

Título: Las ventajas de ser un marginado

Título original: The Perks of Being a Wallflower

Saga: Autoconclusivo

Autor: Stephen Chbosky

Editorial: Alfaguara

Traducción: Vanesa Pérez-Sauquillo

Género: Juvenil

Páginas: 261

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-204-0354-0

Charlie tiene 15 años y se ha quedado solo tras el suicidio de su mejor amigo. Vive con sus padres, su popular y guapa hermana y un hermano mayor que es una estrella del fútbol americano y que está a punto de comenzar la universidad. Su profesor de lengua está convencido de que Charlie posee una gran capacidad intelectual. Tras conocer a Sam y Patrick empieza a comprender lo que es ser un adolescente, y comienza un viaje hacia la madurez que le llevará a recorrer caminos nuevos e inesperados. Con ellos descubre nueva música, empieza a beber, fumar y coquetear con drogas, cambia de amigos… ¡Hasta que se convierte en un joven de verdad!

OPINIÓN PERSONAL

“Miro a la gente que va de la mano por los pasillos e intento pensar en cómo funciona todo. En los bailes del instituto me siento al fondo, marco el ritmo con el pie y me pregunto cuántas parejas bailarán «su canción». En los pasillos, veo a las chicas que llevan puestas las chaquetas de los chicos, y reflexiono sobre la idea de propiedad. Y me pregunto si alguien es realmente feliz. Espero que lo sean. De verdad.”

De acuerdo. Esta reseña promete ser complicada, pero lo intentaré. Charlie es un chico de 15 años que, tras salir del hospital, comienza su primer curso en el instituto. A diferencia de sus hermanos mayores, que son populares y tienen amigos, él es introvertido, solitario y ha perdido a su único amigo.

Sin embargo, pronto conoce a Sam y a Patrick, dos hermanos de último curso que le guiarán en los pasos para ser un chico maduro. A su lado vivirá su primera fiesta, su primer contacto con las drogas, el sexo y el primer amor. Lógicamente, Charlie aún es un inexperto en todos estos temas, por lo que dejará que sus amigos le ayuden.

Lentamente, pasado y presente se juntan mientras Charlie descubre lo que es la vida. Mientras aprende de sus amigos y de su familia, el chico reflexionará sobre todo lo que le rodea, siempre con un "¿Por qué?" en la mente. Descubrirá toda clase de sentimientos, así como el motivo por el cual él es así. Especial.

“Después de contárselo, puso una cara muy seria y me dijo algo que no creo que olvide durante este semestre o jamás:

—Charlie, aceptamos el amor que creemos merecer.

Me quedé de pie, en silencio. Bill me dio una palmadita en el hombro y un libro nuevo para leer. Me dijo que todo iría bien.”

A ver, hablemos de la historia. Todo el libro está compuesto por cartas que Charlie envía a un "amigo". Al principio nos explica que no le conoce, por lo que no dice ni los nombres de su familia ni ciertos datos que puedan ayudar al remitente a saber quién es Charlie realmente.

Todo comienza en su primer curso de instituto. Charlie ha salido del hospital tras un profundo ataque. Su único amigo, Michael, se ha suicidado y él chico no pudo soportarlo. Ahora tiene que empezar una nueva vida, sin amigos y sin la personalidad necesaria para solucionarlo. Aunque al principio se ve solo e incluso un abusón intenta burlarse de él (y termina recibiendo una buena dosis de ira por parte de Charlie), el chico comienza a abrirse primero gracias a Bill, un joven profesor que le da libros, y los dos hermanos, Sam y Patrick, que le ayudarán a ser un adolescente.

Gracias a ambos, que están en último curso y saben muchas cosas, Charlie descubrirá lo que es salir de fiesta, fumar, tomar drogas, beber, tener sexo y, lo más importante, enamorarse por primera vez. Lógicamente, no todo son cosas buenas. El chico también descubrirá lo que es que te rompan el corazón, el sacrificar su felicidad por la de otros, guardar secretos que duelen y ver cómo tus seres queridos sufren.

Mientras Charlie descubre todo esto, también reflexiona sobre su familia: sobre su hermana, la mediana, que tiene un novio que la pegó un día delante de él; su hermano mayor, el chico popular y deportistas que ha ido a la universidad y que tiene una buena perspectiva deportista; su madre, siempre pendiente de sus hijos; su padre, un hombre que no les pega pero que a veces es muy distante; y su tía Helen, que murió años atrás y que dejó una gran marca, sobre todo inconsciente, en Charlie.

Gracias a las cartas, vemos que la historia transcurre durante todo un curso académico. Charlie es un chico inteligente, que quiere ser escritor, pero que tiene muchas dificultades en lo tocante a las amistades. Es muy inocente, no sabe cómo comportarse con las chicas y es muy sensible, por lo que llora por casi todo. A medida que Bill le deja libros, reflexiona sobre su vida y sobre todas las cosas que influyen en la vida de los demás.

Si os soy sincero, mientras leía cómo piensa Charlie, tenía mis dudas sobre si es un chico excesivamente introvertido o si realmente tiene algún trastorno del espectro autista. Cuando terminé el libro, barajé otras opciones, pero no las diré porque sería spoiler. Aun así, es un chico tierno, sensible, que está dispuesto a todo por la gente a la que quiere. Sam y Patrick serán una gran influencia en su crecimiento como persona, pero su familia, Bill y otros amigos serán importantes también.

Aunque el libro es fino, no es una lectura ligera porque hace pensar en muchas cosas. Ninguno de los personajes es simple, ya os aviso. Todos tienen sus secretos, su complejidad y su lugar, incluso los que parezcan menos que secundarios. Es una historia que hay que interiorizar, no solo leer. No tiene un final feliz o triste; es más bien un "así es la vida y así seguirá". Si queréis un libro con un mensaje profundo, os lo recomiendo. ¡Nos vemos!

Lo mejor: La forma inocente de narrar de Charlie.

Lo peor: A veces me costaba seguirle el hilo de pensamiento.

“Sam seguía el ritmo con la mano en el volante. Patrick había sacado la mano fuera del coche y hacía ondas en el aire. Y yo simplemente estaba ahí sentado entre los dos. Cuando la canción terminó, dije algo:

—Me siento infinito.

Y Sam y Patrick me miraron como si hubiera dicho lo mejor que habían escuchado nunca.”

NOTA

4,5/5

Conoce a Charlie y su historia