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miércoles, 18 de marzo de 2020

Rojo, blanco y sangre azul ~ Casey McQuiston

¡Buenas tardes, Devoradores!

La verdad es que, cuando se publicó este libro el año pasado, no tuve intención alguna en leerlo. Se lo regalamos a una amiga por el cumpleaños y poco más supe de él. Sin embargo, ese mismo regalo me ha llegado en forma de préstamo, con la promesa de un final feliz, así que no pude resistirme. ¡Vamos allá!

Título: Rojo, blanco y sangre azul
Título original: Red, White & Royal Blue
Saga: Autoconclusivo
Autor: Casey McQuiston
Editorial: RBA
Traducción: Cristina Martín
Género: Juvenil / Romántica
Páginas: 496
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-27218-69-7

Alex Claremont-Díaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían.

Ambos países trazan un plan para paliar los daños. lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.

¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?

OPINIÓN PERSONAL

"—No es posible que estés estudiando de vedad esa asignatura —dice June—. ¿No será que te has olvidado a propósito del evento internacional más importante del año porque no quieres ver a tu archienemigo?
—June, soy el hijo del presidente de Estados Unidos. El príncipe Henry es una figura insigne del Imperio británico. No puedes decir que es mi «archienemigo»."

De acuerdo, comenzamos con la historia. Alex es el Primer Hijo, el hijo de la actual presidenta de Estados Unidos, Ellen Claremont. Junto a su hermana June y su mejor amiga Nora, los tres forman el famoso Trío de la Casa Blanca, un grupo de jóvenes cuyos estilos de vida son la pauta a seguir por el resto del país.

Aunque Alex dispone de todo para ser feliz, hay algo que le frena: su odio hacia el príncipe Henry de Inglaterra. Tras un encontronazo años atrás en las Olimpiadas, ambos jóvenes vuelven a tener una pequeña discusión durante la boda del príncipe Philip, que termina en un castigo para ambos: han de pasar tiempo juntos y fingir que son amigos.

Sin embargo, el tiempo juntos forja una relación completamente distinta. A medida que hablan y se pasan el día enviándose mensajes, se van conociendo el uno al otro, dándose cuenta de que muchas expresiones o hechos estaban siendo malinterpretados. Sin saberlo, terminan enamorándose el uno del otro, pero su relación es imposible. Las repercusiones en la corona y en las elecciones por la presidencia podrían verse afectadas.

"—Muy bien, lumbrera —dice—, ¿cuáles son las cifras al respecto?
Nora sonríe de oreja a oreja.
—Hum... —Finge reflexionar profundamente—: Evaluación de riesgos: el hijo de la presidenta no logra refrenarse y se deja llevar, lo cual da lugar a más de quinientas bajas civiles. Noventa y ocho por ciento de probabilidades de que el príncipe Henry esté como un queso. Setenta y ocho por ciento de probabilidades de que Alex consiga que le prohíban para siempre la entrada a Reino Unido."

Y esa es más o menos la historia del libro. Antes de empezar, quiero explicaros un poco el contexto. Nos encontramos en un mundo paralelo en el que, en vez de Trump, asciende a la presidencia de EEUU una mujer de Texas, con sangre de inmigrantes. Y, aunque el príncipe Henry existe, no es el  mismo príncipe real, ya que todos los miembros expuestos en la trama son distintos a la actual familia real.

Alex es el hijo de la presidenta de EEUU. Es un chico guapo, al que le va la fiesta y cuya vida es conocida por todos los ciudadanos. Tiene como objetivo seguir los pasos de su madre, entrar en la política y, algún día, llegar a presidente. Sigue fielmente todos los programas electorales, se implica en las reuniones y siempre evita cualquier altercado.

Sin embargo, durante la boda del príncipe Philip, se emborracha y discute con su mayor enemigo, el príncipe Henry, un chico que le despreció años atrás. Dicho odio lleva ahí desde entonces y el alcohol le hace estallar, terminando con ambos tirando la tarta de bodas. Este altercado, que podría terminar con las relaciones entre EEUU e Inglaterra, se arregla fácilmente: ambos han de pasar unos días juntos y publicar que son amigos en las redes sociales.

Aunque a ninguno le hace gracia, saben que su papel es sacrificarse por su nación, así que no tienen otra opción. Sin embargo, Alex pronto se da cuenta de que el príncipe de las revistas y los eventos no es el verdadero Henry, un chico emotivo y cariñoso que siempre viste una máscara fría e inexpresiva. Poco a poco, los dos chicos se hacen amigos muy cercanos, contándose sus problemas y moviendo las agendas para poder verse más.

Y algo más surge durante la fiesta de Año Nuevo, cuando el príncipe le da un beso antes de huir de vuelta a su país. Lo que antes solo parecía una amistad avanza a otra fase, pero ambos saben las consecuencias si son pillados por la prensa: Henry forma parte de la Corona y no puede ser gay; y Alex podría destruir el puesto de su madre, la cual se presente de nuevo a las elecciones para seguir cuatro años más en el poder.

La verdad es que la historia es bastante dinámica y entretenida. Nuestros dos protagonistas son orgullosos, testarudos y, lógicamente, portan mucha presión sobre sus hombros. Al principio, Alex piensa que el príncipe va de superior por ser quién es, pero después se da cuenta de que todo es fingido y que Henry sufre mucho por no poder expresarse como quisiera. Por otro lado, Alex siempre se ha considerado hetero y nunca le ha dado importancia al amor. Cuando Henry le besa, toda la base de su vida es destruida y es un caos de confusión. Además, comienza a tener dudas cuando se da cuenta de que su sueño de ser político no es exactamente lo que desea.

Como es lógico, la trama tiene muchos altibajos. Los chicos comienzan a experimentar, pero saben que siempre habrá un límite. Cuando sus sentimientos aumentan, ese límite se convierte en una pesadilla que tratan de evitar, pero lo que sienten entre ellos les impide separarse y seguir con sus vidas. En esos casos, serán vitales sus amigos. Por un lado, Alex cuenta con su hermana mayor June, una chica que quiere ser periodista y cuyo papel es el de proteger a su hermanito. Y también tienen a Nora, la mejor amiga de los hermanos, una chica con una mente privilegiada por los números y el procesado de datos.

Y Henry no estará solo tampoco. Tendrá a Bea, su hermana mayor, la cual es conocida como la "Princesa del Polvo" por un asunto pasado con drogas. Y con Pez, su mejor amigo, un multimillonario excéntrico y divertido que le acompaña en todas sus locuras. Estos seis serán el eje de la trama, aunque los protagonistas principales sean Alex (cuya perspectiva es en la que se centra la narración) y Henry.

Si os soy sincero, no sé hasta qué punto la parte política de EEUU es una réplica de la actual. Imagino que no se parezcan, ya que ninguno de los candidatos y personajes públicos mencionados me suena. Como también dije al principio, todos los familiares del príncipe Henry no existen, ya que la familia real original no cuenta con dichos miembros.

La trama está explicada desde la perspectiva de Alex, pero también contamos con correos electrónicos entre ambos, grupos de whatsapp, titulares de prensa, discursos y demás contenido que queda muy bien entre la narración.

Y eso os contaré. Es una historia que me ha sorprendido gratamente, ya que no me esperaba lo que he leído. La parte política a veces me perdía un poco, pero es muy breve y tampoco es indispensable entenderla para seguir bien la trama. Los dos protagonistas son adorables en su propio estilo, pero me ha gustado mucho el carácter arrogante y provocativo de Alex. Hay alguna que otra escena subida de tono, yo aviso, pero tampoco se recrea con los detalles. Me ha gustado, lo admito. ¡Nos vemos!

Lo mejor: Los dos protagonistas.
Lo peor: La parte de política.

"Ya hace mucho que se dio cuenta de que la mayoría de las personas no se devanan los sesos preguntándose si alguna vez llegarán a triunfar o si están decepcionando a todo el mundo. Nunca se ha parado a pensar que Henry pudiera sentir lo mismo que él.
Henry carraspea de nuevo, y Alex experimenta algo parecido al pánico. Abre la boca y dice:
—En fin, me alegra ver que no eres perfecto."

NOTA


4,5/5
Así que la historia, ¿eh?


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