¡Buenas tardes, Devoradores!
Aquí vuelvo con una nueva reseña de reto, esta vez la segunda entrega de Los héroes del Olimpo. En este libro nos presentan al resto de protagonistas, que ya completan el elenco principal de la saga. ¡Vamos allá!
Título: El hijo de Neptuno
Título original: The Son of Neptune
Saga: Los héroes del Olimpo #2
Autor: Rick Riordan
Editorial: Montena
Traducción: Ignacio Gómez Calvo
Género: Fantasía / Aventuras
Páginas: 455
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-84-15580-71-3
¿A qué juegan los dioses del Olimpo? Gea, la madre Tierra, está despertando a un ejército de monstruos para acabar con la humanidad... y ellos se entretienen mareando a los semidioses, los únicos que pueden derrotar sus perversos planes.
Ahora han mandado a Percy al campamento Júpiter casi sin recuerdos y con la inquietante sensación de que él, el griego, es el enemigo. Por suerte, contará con el apoyo de Hazel, una chica nacida hace más de ochenta años, y de Frank, un muchacho que todavía no sabe muy bien cuáles son sus poderes (ni si los tiene).
Juntos deberán emprender una peligrosa expedición para liberar a Tánatos, el dios de la Muerte, de las garras de un gigante...
OPINIÓN PERSONAL
"Percy notaba el peso de una tristeza indefinida en el pecho. Algo le decía que había estado antes en San Francisco. La ciudad guardaba alguna relación con Annabeth, la única persona que recordaba de su pasado. Le desalentaba lo vagamente que la recordaba. La loba le había prometido que volvería a verla y recuperaría la memoria... si tenía éxito en su viaje."
De acuerdo, comenzamos con la historia. Percy ha despertado sin recuerdos y dentro del territorio de la loba Lupa, que le prepara para su nuevo viaje. Ha de dirigirse al sur siguiendo su instinto. Si tiene éxito y cumple con su misión, podrá recuperar la memoria y a sus seres queridos. Con esta idea en mente, el joven llega al Campamento Júpiter, un enclave de semidioses romanos que no le recibe muy bien por apestar a "griego".
Sin embargo, ese será el menor de sus problemas. Los monstruos no mueren y las almas del inframundo están regresando. Todo comandado por Gaia, la Madre Tierra, que pretende traer de vuelta a los gigantes que lucharon contra los dioses siglos atrás. Con las Puertas de la Muerte abiertas, los semidioses se encuentran en una situación difícil de superar.
Percy deberá partir con sus dos nuevos compañeros, Hazel Levesque y Frank Zhang, hacia Alaska, la tierra alejada de la mano de los dioses. Si no liberan a la Muerte antes de la fiesta de Fortuna, que tendrá lugar en cinco días, el Campamento Júpiter será arrasado por el ejército de Gaia y la Profecía de los Siete no se cumplirá.
"—Mira, percy, los gigantes no son nuestro mayor problema —intervino Hazel—. Ni... ni siquiera Gaia. Lo que observaste sobre las gorgonas, que no se morían, es nuestra mayor preocupación.
Miró a Nico. Se estaba acercando peligrosamente a su secreto, pero por algún motivo Hazel confiaba en Percy. Tal vez se debía a que era un forastero, o tal vez que había salvado a Frank en el río. Se merecía saber a qué se enfrentaban."
Y esa es más o menos la trama. Percy lleva desaparecido ocho meses, tras los cuales despierta bajo el amparo de la diosa Lupa. Aunque no recuerda nada de su pasado, sabe que es hijo del dios del mar y que, en algún sitio, se encuentra Annabeth, su novia. Siguiendo los consejos de Lupa, Percy se dirige al sur, pero es perseguido por dos gorgonas que, por mucho que las pulverice, resucitan a las pocas horas.
Su viaje termina al llegar a Oakland, donde una anciana le pide que la lleve a través de un túnel protegido por dos jóvenes. Siguiendo su instinto, Percy obedece y encuentra el Campamento Júpiter, un enclave de semidioses romanos. Su pago para entrar es entregar su invulnerabilidad, pero el chico sabe que, si no avanza, nunca recuperará sus recuerdos.
En dicho campamento, todos se mantienen apartados de él. Percy apesta a griego, los enemigos de los romanos, y para colmo es hijo de Neptuno, un dios poco querido por estos. Tras superar el escrutinio de Reyna, una de las pretoras, y de Octavio, el augur, Percy pasa a formar parte de la Quinta Cohorte, antiguamente conocida como Fulminata y rodeada de mala suerte en la actualidad. Su estandarte, el águila dorada, se perdió en una expedición en el norte y sus guerreros cayeron en desgracia.
Para colmo, la llegada de Percy y la anciana, que resulta ser Juno, viene acompañada de malas noticias: la Muerte ha sido apresada. Si no la liberan antes de la fiesta de la Fortuna, en menos de una semana, el ejército de Gaia arrasará el campamento y la diosa, finalmente, despertará. La aparición poco después de Marte, dios de la guerra, da pie a una misión: Percy, Frank y Hazel han de partir a Alaska, la tierra fuera del alcance de los dioses. De esta manera, los tres inadaptados comienzan su peligroso viaje.
Y ese no es más que el comienzo, pero prefiero presentaros a nuestros personajes principales. A Percy ya le tenemos bastante conocido, aunque ahora está sin memoria y no sabe nada. El Campamento Júpiter se le hace familiar, pero siente que no pertenece a ese lugar. Además, hay muchas cosas que no cuadran con su forma de pensar y los lares, los espíritus de los héroes, le llaman graecus, el griego, algo parecido a un insulto para los romanos.
Luego conocemos a Hazel, una hija de Plutón un tanto peculiar. Al poco de presentárnosla, descubrimos gran parte de su secreto: la chica nació setenta años atrás, pero escapó del inframundo gracias a Nico di Angelo, su hermano. Para colmo, carga con una maldición. Cuando está nerviosa, salen del suelo piedras preciosas que traen mala suerte a los que las cogen. Si esto no fuese suficiente, sufre desmayos que le hacen revivir recuerdos de su pasado.
Y nuestro tercer integrante, y líder de la misión, es Frank Zhang, un semidios que aún no conoce quién es su padre divino. Criado por su abuela y su madre, que falleció meses atrás en la guerra, al chico siempre le han dicho que tiene un papel muy importante que cumplir, que posee un don antiguo y que por sus venas corre la sangre romana y la china. Sin embargo, también carga con un gran peso: su vida depende de un pequeño palo de madera.
La primera vez que leí este libro, pensé que ocurría a la misma vez que el primero. Que Percy y Jason eran intercambiados a la vez. Sin embargo, se ve que este va después, sobre todo al leer el final. Poco a poco, la Profecía de los Siete va tomando forma, aunque todos pensaban que podría cumplirse siglos más tarde. Juntando a nuestros tres protagonistas, a los otros tres del anterior y a nuestra cuarta integrante necesaria, ya tenemos a los siete héroes.
Y no hay mucho más que contar. Es verdad que al principio cuesta un poco ubicarse, sobre todo porque la mentalidad romana y la forma del Campamento Júpiter no tienen nada que ver con sus versiones griegas. Sin embargo, todo va cuadrando con el tiempo, así como la historia de nuestros protagonistas y sus respectivos papeles. Tengo ya ganas de leer el tercero. ¡Nos vemos!
Lo mejor: La llegada de Frank y Hazel.
Lo peor: El cambio de griego a romano en el contexto.
"Hazel era una experta en cosas raras. Había visto a su madre poseída por una diosa de la tierra. Había creado un gigante con oro. Había destruido una isla y había vuelto del inframundo.
Pero ¿secuestrada por un campo de hierba? Eso era nuevo."
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