Devorador de libros: Juegos de seducción #2 ~ Nut

¡Buenas tardes, Devoradores!

Y aquí regresamos con la segunda parte de Juegos de seducción, una historia que me prestó una amiga y que realmente se ha abierto paso hasta la cima de lecturas favoritas que me han tenido en tensión durante casi toda la trama.

Título: Juegos de seducción

Saga: Juegos de seducción (2)

Autor: Nut

Editorial: Ediciones Babylon

Género: Romántica

Páginas: 452

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-938088-5-3

Karel ha tomado la decisión de, por primera vez en su vida, dejar que sea su corazón quien le guíe, lo cual le lleva inexorablemente a abrir una puerta hacia un pasado que no sólo le aterra, sino que es el culpable del mayor de sus temores: amar y ser amado.

Noel ve en este acto de confianza la aceptación de sus sentimientos, lo que le hará concebir la feliz posibilidad de un futuro común. Pero sabe que, para que esto suceda, aún hay oscuros y dolorosos secretos que deben ver la luz, secretos que habitan en lo más profundo de sus pesadillas.

¿Cuál es esa última defensa tras la cual Karel se protege? ¿De dónde proviene su atávico temor al amor?

¿Cuál es ese secreto que guarda Noel y que todavía no le ha contado a Karel? ¿Algo tan grave que conseguiría abrir una brecha en la relación sentimental que mantienen?

¿Y quién es Izaak?

OPINIÓN PERSONAL

"—Mi madre era una mujer muy segura de sí misma. —Los labios del publicista apenas se movían al hablar, sus ojos, levemente entrecerrados, casi no parpadeaban—. Era inteligente, ambiciosa, arrogante y gélida. Sabía lo que quería y cómo conseguirlo; y quería una vida perfecta. Un marido perfecto, unos hijos perfectos... Todo a su altura. Tenía un repertorio de frases que solía decirnos continuamente. Su favorita era «discreción, comedimiento y buenas maneras».

De acuerdo, retomemos un poco la historia. La relación entre Karel y Noel avanza poco a poco, pero aún hay muchos obstáculos en su camino. Dispuesto a abrirse y contarle su pasado al modelo, Karel va a su apartamento, donde se desnuda emocionalmente y le explica su terrible pasado familiar: un cúmulo de experiencias que hicieron de él una persona muy influenciada por el qué dirán y que siempre ha temido ser juzgado.

Noel, como respuesta, busca el momento adecuado para corresponder a la confianza del publicista. Sin embargo, Dee aprovecha la ocasión para separar a ambos enseñándole a Karel una foto de Izaak, el antiguo novio de Noel, el cual guarda una increíble apariencia física con él. Sintiéndose engañado y utilizado, Karel huye del modelo, que busca miles de formas de aclarar la situación.

Mientras los cimientos de su relación tiemblan peligrosamente y amenazan con separarles definitivamente, el destino hará que Izaak llegue a la ciudad, trayendo consigo un pasado del que Noel lleva años huyendo. El momento de la decisión final está cerca, y no se sabe si la balanza se decidirá por juntarles o por separarles para siempre.

"—¿De verdad crees que Noel te ha mentido alguna vez? —preguntó, apoyando su mejilla en la cabeza de Karel.

«Nunca me habló de Izaak», pensó con rabiosa impotencia. «Nunca me dijo que me pareciera a su amor perdido»."

Y esa es más o menos la historia de este volumen. Comenzamos con Karel llegando al piso de Noel dispuesto a sincerarse. Mientras tira el muro que le separa de su pasado, el publicista le narra los hechos que solo Morgan conoce de su infancia. Noel, ante tal arrebato de sinceridad, decide mentalizarse para contarle a Karel sobre Izaak, su antiguo amor y terrible error.

Sin embargo, Dee aprovecha la ignorancia de Karel para tenderle una trampa. Con el regalo que tanto había prometido en mano, el chico le muestra al publicista una foto de Izaak, cuya apariencia física es muy parecida a la de Karel. Pensando que Noel lo ha utilizado como sustituto, Karel huye y se hunde en una profunda depresión, a pesar de los intentos del modelo que hablar con él y arreglar el malentendido.

Cuando al fin la reunión tiene lugar, Noel se abre completamente a Karel, contándole su pasado con todo lujo de detalles, aunque se deja algo sin decir y Karel, al darse cuenta, no termina de querer volver. Sin embargo, la llegada de Izaak a la ciudad vuelve a ser una oportunidad para Dee de separar al modelo y al publicista. Como último movimiento desesperado, fuerza un encuentro entre los tres, que será el desencadenante de muchos sucesos terriblemente trágicos.

Y por fin vemos cierto movimiento por parte de Morgan en lo que a Kato se refiere. Su historia empieza a surgir en este libro, aunque ya teníamos pistas al final del primero sobre el posible interés de Morgan por el japonés. Aunque al principio Morgan disfruta picando al guardaespaldas, poco a poco ve que sus sentimientos son más profundos de lo que pensaba, un terreno demasiado nuevo para él y promete traer dolor.

La verdad es que, al igual que en el libro anterior, he sufrido bastante con los problemas que van surgiendo. Pero esta vez lo he pasado peor con Morgan, el cual no sabe lo que le pasa y sufre bastante. La historia, como veis, comienza bastante mal y parece que el pasado de Karel es muy malo. Pues no; el de Noel creo que es peor. Y para colmo vuelve a repetirse en el presente, llegando a momentos excesivamente crueles.

También diré que el desenlace vale la pena. Creo que, desde cuarenta páginas antes del final, estaba temblando mientras leía por la expectación de un giro radical que podría traer el cierre perfecto: algo que pasó y que me alegró muchísimo. Sinceramente, es una historia que me ha tenido en vilo durante toda la lectura, angustiándome a la vez que me sacaba alguna que otra sonrisa y algún que otro momento hot. Por lo que sé hay un tercer libro, un spin off, que ahora ya puedo decir que trata de Morgan y Kato y que leeré tarde o temprano porque es una historia que me llama muchísimo. ¡Espero no tardar mucho!

Lo mejor: Los giros argumentales y el tira y afloja de los protagonistas.

Lo peor: Momentos realmente duros de leer.

"Las palomas remontaban el vuelo desde un gris pavimento y rasgaban el cielo de azotea en azotea.

Morgan las envidió. Envidió su ignorancia sobre el castigo que suponía amar y no ser amado, sobre cómo llegaba a pesar el alma cuando en ella sólo había desolación. Envidió su bobalicona simpleza que nunca les permitiría enamorarse y perder sin haber llegado a poseer."

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