Devorador de libros: Enemigos #2 ~ Josh Lawrence

¡Buenas tardes, Devoradores!

Como ya os comenté, he decidido leer la trilogía de Los Juegos de la Guerra del tirón. La verdad es que cada uno no me está durando más de 24 horas, algo que hace que los coja con más ganas (no me gustan los libros largos, aunque si me dieron tres días tampoco les hago ascos jajaja). ¡Vamos allá!

Título: Enemigos

Título original: Enemies

Saga: Los Juegos de la Guerra (2)

Autor: Josh Lawrence

Editorial: La Factoría de Ideas

Traducción: (?)

Género: Ciencia ficción

Páginas: 256

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 978-84-9018-341-0

Tras aprender que han vivido en una mentira perpetua, que Atenas no es el centro del mundo y que los Juegos de la Guerra no son más que un cruel espectáculo amañado, Helena y sus amigos se encuentran ante otro problema, y esta vez es colosal: la guerra entre Atenas y Esparta es inminente, y solo ellos, un puñado de adolescentes de las dos ciudades enemigas, parecen dispuestos a evitarla a toda costa. Para ello se embarcarán en una aventura que redefinirá sus conceptos de amor, amistad y sacrificio para siempre.

OPINIÓN PERSONAL

"—Espero que algún día puedas volver a casa. Es muy duro vivir lejos del hogar —le comenté.

—Mi hogar son estos bosques y mi viejo carromato. Soy feliz con esta vida solitaria. Los otros seres humanos solo me han causado dolor —contestó con el ceño fruncido.

La entendía perfectamente. Yo también tenía a veces esa sensación de que el mundo era un lugar inhóspito y peligroso."

De acuerdo, retomemos la historia del primer libro. Tras enfrentarse a los espartanos en Los Juegos de la Guerra y perder a Damara y a Leónidas, Helena se ha convertido en una de las personas causantes de la inminente guerra. Thanos, el padre de Dracón, vio venir sus planes y les expuso ante ambos pueblos, declarando la guerra a Atenas.

Además, Cosme está moviendo a sus aliados para acabar con la vida de Helena y de todo aquel que considera un peligro para sus planes de vender Atenas a los espartanos. Huyendo de la ciudad para buscar a su único apoyo, Pericles, Helena deberán reunir a todos los aliados posibles para acabar con una guerra que se llevará por delante muchas vidas.

Cuando el conflicto parecía llegar a un final trágico, la última oportunidad que se muestra ante los protagonistas es buscar aliados en otras ciudades, algo que nunca se había hecho. Si no pueden detener el conflicto desde dentro, deberán hacerlo desde fuera.

"Al parecer los fundadores tanto de Esparta como de Atenas nos habían querido salvar de alguna manera de aquella maldición, creando una sociedad nueva con nuevas reglas, pero ¿quién podía impedir al ser humano que buscara su destino? No somos lo que los que ejercen el poder dicen que somos, la realidad es mucho más compleja."

La verdad es que este segundo libro me ha sorprendido bastante. Pensé que bajaría el ritmo, ya que se sabe que las segundas partes pierden mucho, pero en este el autor ha sabido mantener la velocidad del primero. Nos encontramos con una inminente guerra entre Atenas y Esparta y la primera tiene todas las papeletas para perder.

Mientras huyen de los aliados de Cosme, el cual ha pactado con los espartanos para aumentar sus riquezas, Helena debe dejar de lado la libertad de su padre para un bien mayor: la libertad de ambos pueblos. Cuando Pericles huye tras ser casi arrestado por los hombres de Cosme, Helena se adentra en la zona prohibida para traerle de vuelta, donde conoce a Julia, una buhonera cuyo pasado puede ser decisivo para la victoria de Atenas.

Una cosa que me ha llamado la atención es que, de el primer libro, perdemos a dos personajes. Debido a esto, tenemos a dos Helenas: la primera se mueve como una autómata y el único sentimiento que muestra es rabia y odio; por otro lado, la otra Helena no deja de hundirse en su propia miseria y llora cada dos por tres.

La incorporación de Julia al grupo es un soplo de aire fresco. Aunque no sustituye a Damara, Helena encuentra en su nueva amiga un apoyo para seguir adelante con su misión de liberar a ambos pueblos y evitar una masacre. Otro hecho que he notado es que, en este segundo libro, Helena piensa mucho en su hermano y y su madre, pero el paradero de él es desconocido y Helena no se preocupa en exceso de buscarle.

Por fin vemos el componente romántico en esta historia. Al final del primer libro ya vimos que se habían formado dos parejas, aunque una de ellas duró poco. En este, Helena por fin acepta sus sentimientos por mucho que le cueste, ya que sabe que el amor es la única fuerza que la ayudará hasta el final.

Ahora ya sabemos más de lo que ha pasado en el mundo, aunque aún no dejen nada claro. Mientras que Atenas y Esparta fueron una sociedad creada por un profesor y un militar, cerca están Filadelfia y Nueva Roma, cada una con una base distinta a las dos primeras. Allí, los protagonistas descubrirán más piezas sobre el puzzle que da forma al origen de ambas ciudades.

En general, es un segundo libro que sabe seguir el ritmo al primero. Conocemos a nuevos personajes que serán vitales para el desarrollo de la trama; y tristemente nos despediremos de otros muchos. A diferencia del primer libro, este finaliza en mitad de la revuelta, mientras que el otro tenía un final relativo, la calma antes de la tormenta. Ahora toca devorar el tercero y último, a ver qué tal.

Lo mejor: Sigue el ritmo del primero.

Lo peor: Un comportamiento bipolar por parte de Helena y que se olvida de su hermano.

"Les hice un gesto a mis hombres y subí las escalinatas la primera. Mi pelo rojizo se movía de un lado a otro mientras los soldados me seguían.

Mis hombres debían estar muy sorprendidos, pero no tanto porque fuera mujer como porque su misteriosa oficial hubiera sido Helena, hija de Diácono, la joven causante de la guerra entre espartanos y atenienses."

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